Crónica en Cadereyta: cuando la oficina de una regidora se volvió trinchera
La puerta se cerró y el ambiente se cargó de tensión. Era una tarde cualquiera en Cadereyta de Montes, pero dentro de la oficina de la regidora Juanita García Martínez, nada parecía normal.
Un par de funcionarios municipales irrumpieron en el espacio, grabando sin permiso, ignorando la privacidad del lugar. “Me sentí acorralada, acosada… no se iban”, relató con la voz entrecortada. En cuestión de minutos, lo que debía ser un despacho de trabajo se convirtió en una trinchera donde la autoridad parecía usarse no para dialogar, sino para intimidar.
Un patrón que preocupa
El episodio no fue un hecho aislado. Poco después, otras regidoras rompieron el silencio.
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Alexa Hernández (PVEM) denunció haber sido marginada de reuniones y señaló al hermano de la alcaldesa, Vicente Ortega, por entrometerse en temas administrativos.
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Valeria Martínez (PAN) advirtió que lo más peligroso es que se intente callar a las voces que cuestionan, porque eso significa silenciar también a los ciudadanos que representan.
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Marisa Vázquez (PT) reforzó la idea de que la exclusión no es casualidad, sino un método repetido que rompe cualquier intento de gobernar en equipo.
La otra versión
Del otro lado, la presidenta municipal Astrid Ortega asegura que todo es exageración.
“No envié a nadie”, respondió con tono seco, deslindándose de los hechos y acusando tintes políticos detrás de las denuncias.
La política convertida en acoso
La escena revela un fondo más oscuro: en Cadereyta, la política parece haberse convertido en un campo de hostigamiento. Y lo que debería ser debate democrático, se transforma en presiones, grabaciones ilegales y exclusiones sistemáticas.
La denuncia ya está en manos del Instituto Electoral del Estado de Querétaro (IEEQ), que tendrá que decidir si hubo violencia política de género.
La pregunta incómoda
Pero mientras las instituciones investigan, la ciudadanía se queda con una duda:
¿cómo puede gobernar un municipio cuando el propio cabildo no se respeta entre sí?
Cadereyta hoy no habla de proyectos, ni de soluciones. Habla de denuncias, de acoso y de un gobierno donde las oficinas, en vez de ser espacios de trabajo, se convierten en escenarios de presión.
En Contacto Noticias seguirá contando lo que otros prefieren callar, porque detrás de cada pleito político hay ciudadanos que merecen respeto, democracia y un gobierno que no use el poder para intimidar.