Venezuela al límite: entre amenazas de guerra y hambre en la mesa
Venezuela vuelve a encabezar los titulares, y no por elecciones ni acuerdos de paz, sino porque hoy el país está atrapado entre dos fuegos: la presión militar de Estados Unidos en el Caribe y una crisis humanitaria que golpea a los más vulnerables.
Maduro, entre la retórica y la resistencia
El presidente Nicolás Maduro advirtió que, si Estados Unidos intenta atacar, está dispuesto a “declarar una república en armas”. La frase no es menor: significa preparar a la nación entera para un estado de guerra.
Mientras tanto, Caracas ha movilizado tropas hacia la costa y la frontera con Colombia, y ha llamado a organizar milicias civiles, reforzando la idea de que la defensa no será solo de soldados, sino también de ciudadanos.
Estados Unidos sube la apuesta
Del otro lado, Washington refuerza su presencia en el Caribe. En los últimos días se desplegaron siete buques de guerra, un submarino nuclear y más de 4,000 efectivos, bajo el pretexto de operaciones antidrogas. Analistas aseguran que la magnitud de esta operación apunta a algo más que simples intercepciones: la presión directa sobre el régimen de Maduro.
La otra cara de la crisis: el hambre
Pero mientras los discursos suenan a pólvora, en los hogares la preocupación es distinta: el Programa Mundial de Alimentos anunció que reducirá a la mitad su apoyo en Venezuela por falta de fondos. Esto significa que miles de niños dejarán de recibir sus comidas escolares en uno de los países más golpeados por la pobreza y la inflación.
En Contacto Noticias lo dice claro
Venezuela hoy vive una doble tragedia: la amenaza de un conflicto armado y la certeza de una crisis humanitaria. Entre buques estadounidenses y milicias civiles, lo que se está perdiendo de vista es lo esencial: un pueblo que ya no sabe si mañana tendrá pan en la mesa o balas en la calle.
El pulso no es solo militar, ni político. Es humano. Y ahí es donde está el verdadero campo de batalla.