Relación de Venustiano Carranza con Querétaro
Para Venustiano Carranza, el estado de Querétaro fue de suma importancia al convertirse en la capital provisional de la República en 1916 y sede del Congreso Constituyente, donde se promulgó la Constitución de 1917. La elección de Querétaro fue un movimiento estratégico para la elaboración y validación de la nueva Carta Magna, consolidando así un nuevo orden político tras la Revolución Mexicana.
Carranza eligió la ciudad de Querétaro para instalar el Congreso Constituyente encargado de redactar la nueva Constitución. Con la llegada del Poder Ejecutivo, la ciudad se transformó en la capital provisional de la República, símbolo del inicio del gobierno constitucionalista.
La Constitución promulgada en 1917 fue considerada una de las más avanzadas de su época, al incorporar derechos sociales, laborales y de justicia que sentaron las bases del México moderno. Al establecer el gobierno y el Congreso en Querétaro, Carranza buscó un espacio seguro y estratégico para consolidar el nuevo marco político y legal del país.
De esta manera, la Constitución de 1917, gestada en Querétaro, se convirtió en el principal legado de Carranza, al establecer principios que continúan vigentes hasta hoy. En consecuencia, la elección de Querétaro como sede de estos acontecimientos trascendentales le otorgó un significado histórico y simbólico, convirtiéndolo en emblema de la Revolución y de la nueva etapa política de México.
Carranza y su vínculo con La Cañada y Tequisquiapan
Además de su papel político, Venustiano Carranza mantuvo una estrecha relación con La Cañada y Tequisquiapan durante 1916.
En La Cañada, visitó el lugar en diversas ocasiones, convivió con los habitantes, instaló un cuartel general militar y estableció un despacho provisional para atender asuntos relacionados con la Constitución.
Por su parte, en Tequisquiapan, decretó que este pueblo era el centro geográfico de México, hecho que se conmemoró con la construcción de un monumento que aún perdura.
Carranza también mantenía una profunda amistad y compadrazgo con Ernesto Perusquía Layseca, propietario y administrador del Hotel El Relox en Tequisquiapan. Solía hospedarse allí para disfrutar de las aguas termales durante el periodo del Constituyente de 1917. Su interés por la salud y el descanso convirtió al hotel en un lugar emblemático dentro de la historia política y social de la región.
El Hotel El Relox, descrito como un “Paraíso ecológico hecho hotel”, era famoso por su exuberante vegetación y sus manantiales termales. La presencia de figuras políticas y el atractivo del sitio impulsaron el desarrollo turístico de Tequisquiapan.
El origen del Hotel El Relox y su legado histórico
De acuerdo con el cronista municipal Juan Carlos Hernández Nieves, en los archivos históricos del municipio consta que en 1917, don Ernesto Perusquía Layseca —quien también fue el primer gobernador del estado— adquirió los Baños El Relox al doctor Salvador Michaus Zarazúa, hijo de don Julio y doña Felicitas.
Fue don Ernesto quien adaptó el inmueble como hotel, aunque por sus ocupaciones políticas el negocio se consolidó hasta 1919, año en que contrajo matrimonio con Dolores Alcocer Mendoza, quien insistió en comenzar a rentar los cuartos de la propiedad.
La señora “Lolita” Alcocer recordaba que su primer cliente fue Saturnino Osornio, también gobernador de Querétaro, quien pagó cinco pesos por diez cuartos.
Así comenzó la historia del Hotel El Relox, propiedad de don Ernesto Perusquía Layseca, amigo inseparable y compadre de Venustiano Carranza, quien incluso fue padrino de su boda.
El “Primer Jefe” solía visitar el hotel para descansar y bañarse en sus aguas termales, donde contaba con una poza privada reservada exclusivamente para él.