“PANICO EN URUAPAN”: alcalde Carlos Manzo pide ayuda de Harfuch ante grupos armados en Michoacán
La ciudad de Uruapan, Michoacán, esta vez no encabeza titulares por sus tradiciones; lo hace por una advertencia grave: la presencia de mercenarios extranjeros entrenados militarmente en su territorio municipal. Lo que se vive es más que incertidumbre: es miedo institucionalizado.
Destrucción en pañales y una denuncia directa
En un video que estremeció redes, el alcalde Carlos Manzo aparece alzando la voz en flagrante desesperación, dirigiendo un llamado urgente al secretario de Seguridad, Omar García Harfuch. El mensaje es claro: “Se trata de grupos armados fuertemente entrenados, con armas de uso castrense, no delincuentes comunes”. Su frase lo dice todo: “No estamos hablando de borrachitos peleando en la calle”.
¿Qué hay detrás de eso?
El operativo en un predio cercano reveló la existencia de un campamento con fusiles AK-47, municiones, ropa táctica y órdenes militares en curso.
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Se sospecha de 100 a 150 personas con entrenamiento en combate, entre colombianos y venezolanos.
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Manzo acusa que este es solo un eslabón de la ruta criminal que conecta Colombia y Michoacán, vigente desde 2021.
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En respuesta, ha adquirido una camioneta blindada nivel 5 y revelado planes para reforzar la seguridad local con más vehículos blindados y patrullajes intensivos.
Estos entrenamientos armados, agrega el alcalde, “no pueden ser ignorados”, y apuntó a la necesidad de que el Ejército intervenga.
Negación estatal y divergencia de versiones
No todos están convencidos. El secretario de Seguridad Pública de Michoacán negó la existencia de campos de entrenamiento en el estado, aunque Horfuch confirmó la detención de 12 sudamericanos vinculados con el asesinato de militares. Además, se habla de ataques previos con drones bomba que conectan con redes criminales extranjeras.
La mirada de En Contacto Noticias
Esto no es una película de acción, sino un llamado de alerta urgente: cuando un alcalde grita desde el frente, no es por espectáculo, es porque el enemigo está dentro del país.
Michoacán no sufre solo violencia sino una posible infiltración militarizada. El mensaje es claro y demoledor: si la seguridad luce blindada, los gobernantes deben responder con igual intensidad.