Desaparecidos: la ausencia que marcó el Primer Informe de Gobierno
La presidente Claudia Sheinbaum presumió un país en crecimiento, con cifras alentadoras en economía, seguridad y programas sociales. Habló de “un momento estelar de nuestra historia”. Pero entre los aplausos, las cifras y los logros, hubo un silencio que retumbó más fuerte que cualquier palabra: las más de 131 mil personas desaparecidas en México no fueron mencionadas en su discurso del Primer Informe de Gobierno.
El silencio que hiere
Colectivos de búsqueda, madres y padres que cada día recorren fosas clandestinas con picos y palas, esperaban al menos un reconocimiento en el mensaje presidencial. No llegó. No hubo una sola frase que diera voz a su dolor ni una promesa de priorizar su lucha. “Otra vez somos invisibles”, lamentaron familiares de desaparecidos tras escuchar el informe.
El contraste en las calles
Mientras en Palacio Nacional se hablaba de logros, en las calles miles de manifestantes recordaban a quienes no están. En pancartas, fotografías y consignas se escuchaba lo que no se dijo en el estrado: “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”. Marchas en la Ciudad de México y en varios estados recordaron que las familias no se rinden, aunque el gobierno decida callar.
Expectativas incumplidas
Organizaciones como Madres Buscadoras de Sonora y activistas como Ceci Flores han cuestionado directamente a la presidenta: ¿de qué sirve hablar de caminar sin miedo, si miles de familias siguen caminando entre tumbas, esperando encontrar a sus hijos? La omisión no es solo política, es ética: silenciar a los desaparecidos es silenciar a las víctimas más dolorosas de esta crisis.
Una narrativa incompleta
El gobierno ha anunciado en otros espacios avances en el caso Ayotzinapa y la intención de reunirse con familiares. Pero en el escenario más simbólico —el Primer Informe— se optó por ignorar la herida abierta que lacera al país.
En En Contacto Noticias lo decimos claro: un Estado que presume soberanía y logros, pero guarda silencio frente a sus desaparecidos, construye un relato incompleto y peligroso. No se trata solo de cifras, sino de vidas. Y esas vidas siguen esperando justicia, verdad y memoria.