Yo también estoy cansado de la violencia y de la polarización
Lo digo como ciudadano antes que periodista: estoy cansado de ver a mi país desangrarse no solo en las calles, sino también en los espacios donde se supone que deberían estar construyendo soluciones.
Cuando vi el pleito entre Alito y Noroña en el Senado, no me sorprendí. Me dolió. Porque lo que pasó ahí no fue un desahogo personal, fue un reflejo de lo que todos vivimos día a día: un México dividido, intolerante y cada vez más violento.
La polarización no es un concepto académico, yo la siento todos los días: en redes sociales cuando alguien me insulta solo por pensar distinto, en la mesa con amigos que se pelean porque uno apoya a Morena y el otro no, en la calle donde el miedo ya se volvió parte del paisaje.
Sí, Morena encontró en la división un motor político, y eso lo reconozco. Pero lo que no acepto es que ese juego de bandos esté alimentando un ambiente donde ya no se discute: se ataca; ya no se debate: se destruye.
Lo más doloroso es que mientras arriba se pelean por ideologías y poder, abajo seguimos pagando el precio. La inseguridad no distingue colores, las familias siguen llorando por la violencia, y la polarización se ha vuelto gasolina para el fuego que ya de por sí arde en México.
Yo lo veo claro: la violencia no nace solo del narco ni de la pobreza. Nace también de la rabia sembrada desde la política. Y cuando los líderes legitiman el pleito, nos enseñan que el insulto y el golpe son válidos.
Yo no quiero ese país para mis hijos, ni para nadie. Quiero un México donde podamos pensar distinto sin que eso nos convierta en enemigos. Porque si seguimos en esta ruta, lo único seguro es que terminaremos solos, divididos y derrotados.
Yo lo digo desde En Contacto Noticias, pero también como uno más: la polarización no es victoria para nadie, es derrota para todos.