Noroña y su casa de 12 millones: del discurso de austeridad al conflicto con el pueblo de Tepoztlán
Lo que debía ser un retiro tranquilo en uno de los pueblos mágicos más emblemáticos del país, se ha convertido en un nuevo frente de batalla para el senador Gerardo Fernández Noroña. La compra de una residencia valuada en 12 millones de pesos en Tepoztlán desató una ola de críticas, protestas comunales y cuestionamientos sobre la congruencia de su discurso político.
Guardia Nacional, ¿para cuidar al pueblo o al senador?
De acuerdo con denuncias de opositores locales, la Guardia Nacional habría sido desplegada para resguardar la propiedad de Noroña, en lugar de atender la creciente inseguridad que padecen las calles del municipio. El diputado panista Daniel Martínez Terrazas fue tajante: “Se protegen privilegios de un senador, mientras la ciudadanía queda desamparada”. Incluso sugirió que el dinero invertido en el inmueble podría destinarse a becas para jóvenes morelenses.
Territorio comunal en disputa
El malestar va más allá del costo de la casa. Comuneros y representantes de Bienes Comunales señalaron que el terreno está bajo régimen comunal, por lo que su venta y escrituración violaría la ley que protege a estas tierras como imprescriptibles e inalienables. Además, se recordó que el predio se encuentra dentro de un Área Natural Protegida, lo que suma un ingrediente ambiental al conflicto.
Las manifestaciones no se hicieron esperar: pancartas, consignas y la exigencia de que se respete el carácter comunal del territorio. El clamor fue claro: “Tepoztlán es comunal”.
La respuesta de Noroña
El senador, fiel a su estilo, arremetió contra los críticos y aseguró que la propiedad tiene más de 16 años, escrituras legales y que fue adquirida mediante crédito. Acusó al alcalde local de manipular la inconformidad de los pobladores para convertirla en un pleito político.
Sin embargo, para muchos ciudadanos y analistas, la polémica pone en evidencia una contradicción entre el discurso de austeridad y cercanía al pueblo, con la realidad de una vida marcada por lujos y privilegios.
Más que una casa, un símbolo
El caso de Noroña no se limita a la propiedad: toca fibras sensibles de México. Habla de la desigualdad entre clase política y ciudadanía, del uso cuestionable de recursos de seguridad pública y del choque entre desarrollo urbano y territorios comunales.
En En Contacto Noticias lo decimos claro: un representante del pueblo no puede vivir de espaldas a él. La congruencia no se construye en los discursos, sino en las acciones cotidianas. Y cuando la política se muda a casas millonarias en pueblos que luchan por preservar su identidad, lo que se fractura no es una escritura, sino la confianza ciudadana.