Horror en Minnesota: ataque armado en escuela católica deja dos niños muertos
El amanecer de este jueves sacudió a Estados Unidos con una tragedia que vuelve a poner sobre la mesa el eterno debate sobre la violencia armada. Un joven de 23 años ingresó a una escuela católica de Minneapolis y abrió fuego durante una misa matinal, dejando como saldo dos niños muertos y al menos 17 personas heridas.
El agresor y el ataque
El atacante, identificado como Robin Westman, irrumpió en el templo mientras decenas de alumnos y feligreses participaban en la celebración religiosa. De acuerdo con los primeros reportes, disparó de manera indiscriminada contra estudiantes, maestros y asistentes mayores.
Tras la masacre, Westman se quitó la vida. Las autoridades han adelantado que se trata de un caso de terrorismo doméstico, pues el joven había publicado en línea mensajes de odio: antisemitas, racistas y anticristianos.
Un país atrapado en el ciclo de la violencia
La comunidad quedó devastada. Padres que corrieron al lugar se encontraron con un panorama caótico: patrullas, ambulancias y gritos de desesperación. El recuerdo de tiroteos pasados volvió a la memoria colectiva, confirmando que Estados Unidos sigue atrapado en un ciclo de dolor que parece no tener fin.
Mientras tanto, voces críticas reclaman que, pese a tragedias recurrentes, las medidas de seguridad escolar y el control de armas siguen siendo insuficientes.
Las víctimas
Hasta el momento se sabe que los menores fallecidos tenían entre 8 y 10 años de edad. Entre los heridos se encuentran varios adultos mayores que asistían a misa, además de maestros y estudiantes. Las identidades de los niños no han sido reveladas por respeto a las familias.
El trasfondo
Este nuevo ataque llega en un contexto de creciente polarización social en Estados Unidos. La violencia motivada por discursos de odio y extremismos en línea sigue en aumento, según reportes del FBI.
La tragedia en Minnesota recuerda, una vez más, que el problema no es ajeno ni exclusivo de ciertas ciudades: es un tema nacional que amenaza la seguridad cotidiana de miles de familias.
Lo que sigue
El gobierno local prometió una investigación exhaustiva y apoyo psicológico a las víctimas. Sin embargo, la pregunta de fondo sigue siendo la misma: ¿cuántos niños más tendrán que morir antes de que haya un cambio real?