Explosión en Iztapalapa: tragedia que deja muertos, heridos… y un gobierno que se deslinda
La explosión de una pipa con más de 49 mil litros de gas LP en el puente de La Concordia, alcaldía Iztapalapa, no solo dejó un saldo devastador de 13 muertos y 94 heridos, sino también un vacío de responsabilidades que indigna a la ciudadanía.
Las imágenes de fuego, vehículos calcinados y familias enteras llorando a sus víctimas recorren el país. Sin embargo, en lugar de asumir la magnitud de la tragedia, el Gobierno de la Ciudad de México se deslindó de toda responsabilidad, señalando que la supervisión de las pipas y las carreteras corresponde a la federación y a la empresa privada.
¿Quién responde por las víctimas?
El argumento oficial es que la empresa transportadora deberá responder por los daños, pero los afectados denuncian que no hubo controles efectivos para evitar que una pipa circulara en exceso de velocidad en una zona tan concurrida.
Mientras tanto, familias enteras permanecen en hospitales sin recibir aún el apoyo prometido.
El juego de culpas
La jefa de gobierno capitalino aseguró que la tragedia “es consecuencia de un accidente vial”, mientras funcionarios locales recalcaron que el transporte de gas LP es competencia federal. Esta postura generó duras críticas de vecinos, colectivos y partidos de oposición, que acusan al gobierno capitalino de lavarse las manos y de actuar con indolencia política frente al dolor de las víctimas.
Una herida abierta para la capital
La explosión evidenció, una vez más, la fragilidad de los protocolos de seguridad y la falta de coordinación entre los distintos niveles de gobierno. En lugar de respuestas claras, las familias encuentran un muro de excusas y evasivas.
Lo que debía ser una tragedia atendida con unidad y responsabilidad, se ha convertido en un campo de disputa política donde nadie quiere cargar con la culpa.
Mientras las llamas ya fueron apagadas en Iztapalapa, las llamas de la indignación ciudadana siguen ardiendo con más fuerza.