BRAIN ROT
Hace poco, un amigo utilizó esta frase que, aunque medio entiendo, no me da completamente: brain rot, ¿qué quiere decir?
R. Con gusto (yo la uso indiscriminadamente con conocidos republicanos y conservadores):
Brain rot es una frase común en EU. Para explicarla a personas de otros países es útil enmarcarla en términos de agotamiento mental.
Agotamiento mental: “pudrición cerebral” se refiere a la fatiga mental causada por actividades repetitivas o insatisfactorias, como desplazarse por las redes sociales o ver demasiada televisión. Es como si tu mente se estuviera “desconectando”.
Contexto cultural: este término captura un sentimiento global. La dependencia de las pantallas digitales, el estrés y las tareas repetitivas pueden hacer que las personas se sientan mentalmente agotadas. No es sólo cansancio, es sentirse incapaz de concentrarse o ser productivo.
Tono humorístico: la frase utiliza un tono casual y humorístico para transmitir que está bien sentirse así a veces. Es una manera de expresar que todos estamos un poco agotados mentalmente, lo cual es normal hoy en día.
En resumen, “pudrición del cerebro” refleja un estado global de fatiga mental y agotamiento debido a las distracciones digitales y el estrés. Es una forma humorística de expresar sentirse mentalmente “drenado”.
WAYMOS/AGUSTÍN MONTES AMARO
Aparte de saludarlo deseo, como siempre, su tan atinada respuesta. Perdón por la ignorancia, pero en su columna del 11 del presente mes y año, un lector le compartió su experiencia con los “Waymos”, siendo la primera vez que escucho o tengo conocimiento de ello, de no ser mucha molestia, podría hacer el favor de explicarme ¿qué es, o que son, en dónde se alquilan o rentan y cuáles serían los costos?
R. Don Agus, los Waymos son los autos de alquiler sin conductor físico, no tienen chofer, todo por medio de pantallas y computadoras programadas con redes de calles preauscultadas.
A finales de noviembre estuve en Los Ángeles, California, y mi nuera me propuso que, en lugar de manejar o tomar un Uber, viviéramos la experiencia de subirnos a un Waymo.
Como con Uber, mi nuera pidió un Waymo a través de una aplicación. Nos proporcionaron el modelo del auto, las placas y la hora de llegada. Cuando llegó, aunque ya lo esperábamos, nos sorprendió ver que no había nadie al volante. El auto se detuvo unos cinco metros adelante de donde estábamos, porque fue ahí donde Sara (mi nuera) marcó la ubicación en la app.
Nos subimos y una grabación nos pidió que nos pusiéramos el cinturón de seguridad; de lo contrario, el auto no se movería. También nos explicaron que podíamos contactar a un ser humano apretando un botón, en caso de dudas o curiosidades.
El Waymo, un Jaguar eléctrico, comenzó su recorrido y la primera experiencia interesante –además de ver el volante girar solo, el auto acelerar y frenar, dar vueltas y obedecer las señales de tránsito– llegó cuando nos topamos con un embotellamiento. En una esquina, un oficial de tránsito nos indicaba con la mano que podíamos girar a la derecha. Pero el Waymo, tan obediente a su programación como terco, se negó a avanzar hasta que el semáforo cambió a verde. La oficial y yo intercambiamos miradas, señalé que no había chofer y ambos sonreímos ante la escena surrealista.
Más adelante, el Waymo detectó un espacio entre dos carriles y aceleró con entusiasmo, agarrándonos por sorpresa. También fue impresionante cómo logró identificar y evitar a una persona que de repente cruzó la calle con una maleta.
Nos hubiera encantado seguir esta aventura, pero lamentablemente llegamos a nuestro destino. Sin propinas, sin despedidas, sólo una experiencia tan emocionante como los juegos en Disneylandia. El futuro ya está aquí (bueno, al menos en Los Ángeles).
Apenas se sentó en la silla de la Jefatura de Gobierno, Clara Brugada ordenó cambiar la imagen que durante seis años usó su antecesora Claudia Sheinbaum, consistente en un logotipo que en su momento fue calificado de plagio.
Además de mostrar una imagen totalmente distinta, el logo impuesto por Clara abandonó el color verde y lo cambió por el guinda de Morena, bajo el lema de Capital de la Transformación, con lo que enterraba la imagen impuesta por su antecesora para identificar su administración.
Y es que, en 2018, tres meses antes de asumir el gobierno local, Sheinbaum llamó a un concurso para definir lo que sería la imagen institucional de su trabajo, que borraría todo lo que oliera a su antecesor Miguel Ángel Mancera, incluyendo la marca CDMX.
El 19 de noviembre de ese año, la entonces jefa de Gobierno electa presentó el nuevo logotipo, que fue calificado en redes sociales como un plagio, pues era idéntico al que desde 2009 usaba la banda metalera regia Neural FX.
Pero la gobernante dijo que la propuesta fue elaborada por Israel Hernández, diseñador de la Universidad de Guadalajara, y que ganó un concurso abierto al que convocó su equipo de transición el 11 de septiembre del mismo año.
La imagen, que se asemejaba a dos clips en forma de equis, estaba basada en el Códice Mendocino, elaborado por los mexicas en 1540, y sus cuatro puntos representaban “a la gente, los ciudadanos, los ciclos y la Cuarta Transformación”, dijo Sheinbaum.
“El concepto es la representación de innovación y esperanza”, dijo por su parte el autor, ante los cuestionamientos de agrupaciones por abandonar la marca CDMX, que se había convertido en una distintiva de la capital.
En un intento por aminorar las críticas, Claudia anunció entonces que la nueva imagen se utilizaría sólo en los procesos administrativos de su gobierno. Junto con el cambio de imagen, canceló varios programas, como Médico en tu Casa, entre otros, instaurados por su antecesor.
Ahora, Brugada le paga a ella con la misma moneda, pues, apenas unos días después de asumir el control del gobierno capitalino, presentó un nuevo logotipo, al que calificó como el símbolo de identidad y transformación de su administración.
El diseño representa un mapa de la ciudad con un corazón, un nopal y elementos distintivos de la capital, como ajolotes, cempasúchil y un ahuehuete, en representación de la biodiversidad, y con el lema Capital de la Transformación.
Pero, más allá de una nueva imagen institucional, que no deja huella de su antecesora, Brugada revivió programas que el anterior gobierno había cancelado, como Médico en tu Casa y el apoyo a guarderías, por ejemplo.
Y no es por amarrar navajas, pero como es público que ambas gobernantes no tienen la mejor relación, no es descabellado que el cambio de logo, que inundó oficinas, bardas y el Metro, por ejemplo, ilustre el inicio de un rompimiento.
CENTAVITOS
Luego de ver la andanada morenista en contra del exgobernador de Morelos Cuauhtémoc Blanco, dicen que quien buscó acercarse con la gobernadora de esa entidad, Margarita González Saravia, fue el exmandatario Graco Ramírez, pues se enteró que en breve la 4T irá por la cabeza del fiscal morelense Uriel Carmona, a quien él puso cuando era gobernador, por lo que ya no habría quién le cubra las espaldas y, en una de ésas, también le rascan a sus cuentas, que no fueron nada claras. Como había dejado una red de protección, en la que está Carmona, Graco no se preocupaba… hasta hoy.